A la deriva durante mucho tiempo en océanos sin barcos,
hice todo lo que pude por sonreír.
Hasta que tus ojos y dedos cantarines
me arrastraron amorosamente hacia tu isla.
Y cantaste "Navega hasta me, navega hasta mi,
deja que te envuelva"
Aquí estoy, aquí estoy, esperando para abrazarte.
¿Soñé que soñabas conmigo?
¿Eras liebre cuando yo era zorro?
Ahora, mi necio bote yace,
roto de amor contra tus rocas.
Pues cantaste "No me toques, no me toques
vuelve mañana".
Oh mi corazón, oh mi corazón, rehuye la tristeza.
Estoy tan confuso como un recién nacido,
tan lleno de acertijos como la marea.
¿Debería quedarme de pie entre las rocas
o debería yacer con mi prometida, la muerte?
Óyeme cantar "nada hacia mi, nada hacia mi
deja que te envuelva"
Aquí estoy, aquí estoy, esperando para abrazarte.