Miremos este espejo bruñido y reluciente
sin el engrupe falso de una mentira más
y vamos a encontrarnos con toda nuestra gente,
mirándonos de frente sin ropa y sin disfraz.
Con toda nuestra carga pesada de problemas
hagamos un teorema de nuestra realidad,
perdamos todo el vento, la torre y el alfil
en este escrachamiento de frente y de perfil.
Como somos
sensibleros, bonachones
compradores de buzones
por creer en el amor.
Como somos
con tendencia al melodrama
y a enredarnos en la trama
por vivir en la ficción.
Tal como somos,
como un niño acobardado
con el andador gastado
por temor a echarse a andar.
Chantas y en el fondo solidarios,
más al fondo muy otarios
y muy piolas más acá...
Nos gusta hacer las leyes, después crear la trampa,
tirando por la rampa las tangas a rendir,
cargar a voz en cuello, y protestar bajito
prefabricando mitos para poder vivir.
Nos gusta sobre todo comer a dos carrillos,
rociando con tintillo la gris preocupación,
y así mancomunados hacernos con unción
el culto más sagrado a la manducación.
Como somos
sensibleros, bonachones,
compradores de buzones
por creer en el amor.
Como somos
con tendencia al melodrama
y a enredarnos en la trama
por vivir en la ficción.
Tal como somos,
como un niño acobardado
con el andador gastado
por temor a echarse a andar.
Chantas y en el fondo solidarios,
más al fondo muy otarios
y muy piolas más acá...
Vamos,
aprendamos pronto el tomo
de asumirnos como somos
o no somos nunca más.