Ya te echo terriblemente de menos,
echo de menos el espacio
entre tus párpados
que observaba en las frases incómodas
y evitaba en el incómodo silencio.
Echo de menos tu boca hablando
cuando salíamos al jardín,
cuando no podíamos dormir del calor
y se endurecían las conversaciones.
Echo de menos tus manos pequeñas
sobre las mías
lo buenas que eran.
Echo de menos tus noches en vela
y que siempre
te despertabas de madrugada.
Y yo
espero, por tu vida,
que te olvides de la mía,
te olvides de la mía.
Echo de menos tus dientes
clavados en mi hombro
mientras rodábamos por la mañana.
Echo de menos tu brazo bajo mi cuerpo
cuando nos quedábamos bostezando.
Por favor, olvídame, tenías razón cariño,
soy frío y complicado
y aunque te echaré de menos, mi amor,
soy débil y por eso fracaso.
Me distraeré con la música,
solo pensaré en el arte.
Escribiré poemas sobre mi soledad
si sé cómo empezarlos.
Escribiré con lápiz los puntos en las íes
cerraré los párpados, esconderé los ojos.
Abandonaré mis ideales,
solo pensaré en mí.
Y yo
espero, por tu vida,
que te olvides de la mía,
te olvides de la mía.
Oh, de la mía