Si hubiese nacido mujer, hubiera hecho feliz
a mi madre, que quería una niña.
En recuerdo a mi abuela muerta el 36
me llamaría Joana.
Joana, Joana
la de "la maña".
La del noventa y cinco
de la calle Cabanyes.
Si hubiese nacido mujer, para bien o para mal,
sutilmente hubiera estado aleccionada
con muñecas, cocinitas, agujas y dedales.
Herramientas en miniatura
para una oscura
vida futura.
Venenos envueltos
con golosinas.
Todo es un decir, un suponer,
una historia en blanco y negro.
Blanco era el frío y negro el pan
justo acabada la guerra.
Si hubiese nacido niña, hubiera hecho girar
mansamente el antiguo juego de la patata
mientras los niños jugaban a saltar y parar,
se subían a los árboles,
colgaban pelotas,
se pegaban
y meaban de pie
por las esquinas.
Si hubiese nacido niña, hubiera estudiado
hasta cuarto, y con suerte, posiblemente magisterio.
Sumisa, discreta, que nunca el vecindario
pudiera decir nada.
Serían de corcho
la llave y el duro
y a casa a cuartos de diez
como tarde. Te lo juro.
Y llorar sangre una vez al mes,
oculto sobre una máscara
el orillo de los sentimientos
como casi bien casi todas.
Si hubiese nacido niña, seguimos inventando...
Después de años de ahorros y festejos
me hubiera casado por la iglesia vestida de blanco.
La madre lloraría,
dice que de alegría
cuánto me duraría
del brazo un príncipe azul
de "guardarropía".
Si hubiese nacido niña, para mal o para bien,
Me hubiera hinchado de tragarme penas
de preparar rancho, de cambiar pañales,
de cardar sin ganas...
Joana, Joana,
apurando el marro,
bregando de sol a sol
y tirando del carro.
O quién te dice que no me hubiera feriado
el sultán de la Verneda.
Si es cara o cruz nadie lo sabe
hasta que no cae la moneda.
Si hubiese nacido niña, hablando con el espejo
cada día más bella, cada día más grasa
Viendo como se separan uno a uno los hijos,
y cenando sola
lloros en cazuela,
marchitos los labios,
poniendo flores a los recuerdos
y cuidando de los abuelos.
Posiblemente un buen día, me hubiera ido,
más allá del cielo protector de la casa
por caminos indóciles lejos de mi rebaño
a buscar a Joana,
Joana, Joana
la de "la maña".
La del noventa y cinco
la de la calle Cabanyes.