Es una tarde de capricho en soledad,
Que yo te llamo, tú decides contestar,
Poco has tardado en olvidar lo que te han dicho tus amigos de verdad..
Que aquella niña con la que salías anda
Perdiendo las tuercas al bailar,
Rompiendo sus seis cuerdas al cantar,
Atando su cordura al andar..
Por el camino de la prisa al entonar,
Todas las notas que improvisa sin pensar,
Que ni la radio sintoniza este canal,
De una canción sin aliñar…
Y qué desastre son las despedidas,
Que acaban en besos de amante a escondidas,
Y es que se consumen como una colilla,
Cuando sólo queda la humilde ceniza.
Que las recaídas son de mentira,
Segundas partes entre suicidas,
Siempre hay un cobarde disfrazado de arpía,
Que al otro amará sin piedad ni medida…
Que es una tarde de domingo y tempestad,
De “no te escribo porque sé que otra lo hará”,
Que son las siete y de camino al cine estás si no has enloquecido ya…
Que aquella niña que a tus mil demonios
Algún día con su espada fue a matar,
Rendida espera frente a tu portal,
Atando su cordura al andar..
Por el camino de la prisa al entonar,
Todas las notas que improvisa sin pensar,
Que ni la radio sintoniza este canal,
De una canción sin aliñar…
Y qué desastre son las despedidas,
Que acaban en besos de amante a escondidas,
Y es que se consumen como una colilla,
Cuando sólo queda la humilde ceniza.
Que las recaídas son de mentira,
Segundas partes entre suicidas,
Siempre hay un cobarde disfrazado de arpía,
Que al otro amará sin piedad ni medida…
Y qué desastre son las despedidas,
Que acaban en rejas de comisaría,
Y es que se confunden dos almas perdidas,
Cuando sólo queda una noche furtiva.
Que las recaídas son de mentira,
Segundas partes entre suicidas,
Quizá soy cobarde aunque no te lo diga,
Y en forma de verso quizá te lo escriba…