Una noche de viernes me tomé una píldora o tal vez dos.
Allá en el estacionamiento vi a todos a quienes conocía.
Y antes de que la noche empezara, habíamos planeado caer en una fiesta,
sólo un lugar que alguien conocía; una casa de la zona que pertenecía a una bola de gánsteres.
Y en la puerta pusieron una luz en mi cara.
Debo admitir que me sentí un poco fuera de lugar
pero me abrí camino adentro entre miles de ojos enloquecidos,
luego un amigo me llevó a un costado y dijo: "Todos aquí tienen un cuchillo".
Lo he visto todo.
Ahora lo he visto todo.
Juro por Dios que lo he visto todo.
Ya nada me escandaliza después de esta noche.
Esas pequeñas palomas1 habían puesto mi mente y corazón a latir.
No hace falta repetir que me sentía raro.
Podía sentir la tensión acumulándose, la atmósfera de violencia
y después sacaron a un tipo y alguien lo apuñaló con un cuchillo.
Lo he visto todo.
Ahora lo he visto todo.
Juro por Dios que lo he visto todo.
Ya nada me escandaliza después de esta noche.
Lo he visto todo.
Ahora lo he visto todo.
Lo he visto todo.
Ahora lo he visto todo.
Juro por Dios que lo he visto todo.
Ya nada me escandaliza después de esta noche.
He visto la luz pero no del tipo que me habría gustado.
1. Píldoras de éxtasis conocidas como "palomas blancas", muy comunes a inicios de la década del 2000.