Las luces se prenden,
las luces se apagan.
Cuando las cosas no se sienten bien,
me recuesto como un perro cansado
lamiendo sus heridas a la sombra.
Cuando me siento vivo
trato de imaginar una vida sin preocupaciones,
un mundo pintoresco,
en el que todas las puestas de sol
te dejan sin aliento...
te dejan sin aliento.