No siempre encontré las palabras
para mecer tus sueños de niño,
juntos nos hicimos mayores,
de buenos puntos de doble cero...
paralizados por tanto amor,
nos provisionamos al dia el dia.
Nunca supe encontrar los gestos
que podían cuidar tus heridas,
guiar tus pasos hacia el futuro.
A todas las señales de angustia,
di, como habría podido hacer cara,
estando entre el fuego y el hielo.
Más allá de nuestras diferencia,
los enfados, los golpes de sangre,
a fuerza de intercambiar nuestros silencios
ahora que estamos cara a cara
nos parecemos sangre por sangre.
Como si los latidos de nuestros corazones
estuviesen en la misma longitud de ondas
las líneas de nuestras manos se confunden.
Me reflejas como un espejo
mis dudas y mis carcajadas,
la promesa de otro futuro.
Poco importa si la vida amenaza
lo que queda en nosotros de inocente,
ya que nos entendemos en el presente
Poco a poco el dolor se borra,
sólo de él guardamos un trazo
como una ofensa al tiempo que pasa.
Más allá de nuestras diferencia,
los enfados, los golpes de sangre,
a fuerza de intercambiar nuestros silencios
ahora que estamos cara a cara
nos parecemos sangre por sangre.
Más allá de nuestras diferencias,
a fuerza de cambiar nuestros silencios,
ahora que estamos cara a cara
nos parecemos sangre por sangre.
Los dos sangre por sangre.