Hijos del oído
Infieles de las obvias causas
He convertido en moneda de cambio
Lo que en un momento llamaba razón
Adoctrinado por asustados niños
Cabeza gacha acabé saliendo
En una falange de no pensantes
Devotos de San Maritan
Navegando en la aridez
Destapado por mares más astutos
En las orillas de San Maritan
Anclado a una siniestra vigilia
Tiño el descanso con los sueños de los demás
Rodando entre las desnudeces
De una noche a San maritan
Hijo del maritanismo de hoy
Temeroso por vocación
En el mercado del conformismo
Vendo por rebanada la historia y la tradición
De quien abrió surcos de recuerdos tan grandes
¿Pero quién habría podido decir
Que un rastro de remordimientos desaparecidos
Renunciaría al alegre porvenir?
Deslizando en la aridez
Destapado por indolentes y lactantes
En las orillas de San Maritan
Anclado a una ciega reptación
Aguanto el día con los sueños de los demás
Acariciendo sus desnudeces
En la noche de San Maritan
He abandonado el sabor de la libertad
Deslizando en la aridez
Destapado por los sueños de los demás
En el encuentro de San Maritan
Agarrado a un ciego asentimiento
Atontado por ovejas aulladoras
Condenado a un consciente perecimiento
En la subasta de San Maritan
He vendido el valor de mi identidad.