Con el alma te he querío.
Con el alma he de quererte.
Mis palabras han podío
ser la causa de tu muerte.
De fuego son mis suspiros,
que me queman la garganta,
porque lo mejor del mundo
para ti yo deseaba.
Tengo el corazón temblando
al ver tu carita blanca
y mis ojos derramando
este fuego que me abrasa.
Mi sangre te la daría,
mi vida y mi corazón.
En cambio yo pediría
que me dieran a mí tu dolor.
Rezando por los altares
prometo que viviré,
pidiendo porque te salves,
para verte reir otra vez.
Tus brazos ya no me abrazan.
Tus labios ya no me nombran.
Mis ojos buscan tus ojos
por un camino de sombras.