Con la faldita planchada
y encajes de caracolas,
la niña baila una rumba
descalza, junto a las olas.
Búscala, marinero,
y cántale con guitarras
y arrúllala con luceros
por las espumas del agua.
Y cántale, marinero,
a la niña enamorada.
La niña le ha preguntao
al faro del rompeolas
si aquel velero que viene
tiene bandera española.
La niña espera un velero
que viene de tierra extraña,
con los papeles firmados
para casarse mañana.