Voy a ir lejos en romería1, a San Andrés,
con hierbecillas de enamorar,
daré a quién está al otro lado del mar
la caricia de mi amor.
Vestiré la camisa de lino
(que ella tejió para mí)
con hierbecillas de enamorar;
(está el lagarto azul y vivaz)
acercando amapolas coloradas
(nacidas de fusiles,)
con la caricia de mi amor
(ajena a la guerra y a su tambor,)
Vivo o muerto, volveré a la tierra
(que ella anduvo conmigo)
con hierbecillas de enamorar;
(brinca el alcatraz por el acantilado)
para velar por el adro familiar,
(allá a lo lejos, al final,)
con la caricia de mi amor.
El fin del mundo2, al pie de un aguijón
(me duele la guerra ruin)
entre hierbecillas de enamorar;
(un cormorán vuela gentil)
el amilladoiro3 a ser levantado
(y pan santo al que darle color)
con la caricia de mi amor.
Voy a ir lejos de romería, a San Andrés,
con hierbecillas de enamorar,
daré a quién está al otro lado del mar
la caricia de mi amor.
1. lit. "Romero iré lejos al San Andrés [de Teixido]". En principio romeiro podría referirse a un peregrino o a un participante en una romería.2. normalmente el cabo do mundo se refiere a Finisterre (un cabo al oeste de Galicia, el cual se creía antiguamente que era literalmente el fin del mundo), aunque está muy lejos de San Andrés de Teixido (al norte de Galicia)3. Un amilladoiro viene en diccionarios gallegos como un "Montículo formado por pequeñas piedras amontonadas a través del tempo por peregrinos que se dirigían a algún santuario religioso". La palabra no tiene ningún equivalente español que conozca