¡Buenos días, mamá! ¿Qué tal, papá?
¿Cómo va todo? ¿Cómo estáis de salud?
Y ¿qué me contaréis de extraordinario y nuevo sobre vosotros?
Dentro de un año o dos, si Dios quiere,
todo en la mesa será como antes.
Porque el tiempo vive en nosotros, brindamos otra vez,
cuando todo a nuestro alrededor está al revés.
No tengo tiempo suficiente para todo esto
y me gustaría decir tantas cosas.
Entonces puede que un día, en vuestro Paraíso,
encontremos un momento para nosotros.
Dentro de un año o dos, si Dios quiere,
todo en la mesa será como antes.
Porque el tiempo vive en nosotros, brindamos otra vez,
cuando todo a nuestro alrededor está al revés.