Por qué no dices nada cuando ves
que yo me estoy equivocando.
Por qué no dices nada cuando ves
que nos estamos distanciando.
Parece que se apartan los caminos
que seguimos tú y yo.
Quizás la lluvia que cae tan fuerte, ya no te moja
y no te importa, ni te mueve, ni provoca,
y a mí tu boca, aún me sabe a limón.
Por qué no dices nada cuando estamos tú y yo solos
en el coche.
Por qué no dices nada cuando hacemos el amor
alguna noche.
Por qué no te molestas en hablar
y preguntarme si estoy bien.
Y es que quizás la lluvia que cae tan fuerte, ya no te moja
y no te importa, ni te mueve, ni provoca,
y a mí tu boca, aún me sabe a limón.
¿Por qué me habrás besado? ¿Por qué?
¿Por qué me habrás querido? ¿Por qué?
¿Por qué me has engañado?
Dime por qué y por qué.
No sé por quién me habrás tomado. ¿Por quién?
Que ya parezco un ciervo herido. ¿Por quién?
Por quién, por suerte o por desgracia,
ocupa el centro de mi ser.
¿Por qué me habrás besado? ¿Por qué?
¿Por qué me habrás querido? ¿Por qué?
¿Por qué me has engañado?
Dime por qué y por qué.