Hay un río negro
que pasa por mi ventana
y tarde, por la noche, vestido como Cristo,
camino sobre las aguas entre los muelles.
Cantando
Oh, río de amargura,
río del tiempo,
río de amargura,
no me tragues esta vez.
Por lo que todos sabemos, el niño ha muerto,
hace mucho que ella salió del atolladero
y ningún maldito mentiroso o admirador
puede devolver el amor que se ha robado.
Oh
río de amargura,
río del tiempo,
río de amargura,
no me tragues esta vez.
¿Puedes ver la luz al final del oscuro túnel?
Llévame contigo hacia esa luz,
en la oscuridad, pasando por encima de los rostros en el río.
¡Escúchame! ¡Estoy susurrándote al oído!
Oh
río de amargura,
río del tiempo,
río de amargura,
no me tragues esta vez.