Ese matorral sin fin,
esa carretera, ese río seco,
ese dolor que vive en mí
no descansa ni duerme temprano.
El retrato de mi vida
es amar en secreto,
no quiere saber de mí
y yo viviendo su vida.
Dios en el cielo y tú aquí,
la esperanza es quien me abriga.
Esos campos no tardan en florecer,
ya se espera una buena cosecha
y todo parece seguir
haciendo la vida tan correcta.
Pero y tú, ¿qué haces
que no reparas en el suelo
por donde tienes que pasar
y pisas mi corazón?
Tu beso en mi destino
era lo único que quería,
ser tu hombre, tu niño,
el ser amado de cada día.