Santos que arden, ruido de sables,
Ya no devuelve el reflejo tu estanque.
Todos al nido, pían las madres,
Llega la noche y viene con hambre
Reina de las trincheras,
¿Qué sabe nadie
De tu destino amargo,
De nuestro invierno largo
En que ya no pueda abrazarte?
Sal en los campos, sangre en el barro,
Bestias con ojos de hombre asustado.
No puede herirte,
No te hará daño
Siempre que guardes
La lumbre a tu lado
Reina de las trincheras,
¿Qué sabe nadie?
¿Qué sabe el viento helado de cómo acunarte?
Sólo habrá invierno largo
Si ya no puedo abrazarte,
Si ya no puedo abrazarte
¿Qué sabe el viento helado de cómo acunarte?
Sólo habrá invierno largo
Si ya no puedo abrazarte,
Si ya no puedo abrazarte