En la última página de un cuento de hadas,
como una tragedia de nuevo al final se reescribió.
Y de vista perdí el corazón
de ese único ser en que siempre mi alma confió.
El amor y los sueños
no son nada más que castillos de arena
efímeros y desmoronados ante ti,
aunque eso no es lo que deseabas tú.
Pero aún no he podido olvidar la canción que escuché,
la que tú sin cesar no dejabas de cantar;
cada vez que la oigo sonar
pienso que puede ser que el ayer vuelva un día al regresar.
Y que voy a volver y de estas cadenas
que hoy me someten con tantas penas,
pronto me voy a liberar,
volviendo a reencontrarme con el mar.
Ya está claro,
ya sé que el amor superará cualquier bloqueo.
Incluso, sé, que cambiará,
nuestro destino sí lo creo.
La mala estrella al fin se apagará,
la ignoraré, que venza mi deseo.
En la última página de un cuento de hadas
como una tragedia de nuevo al final se reescribió.
Y de vista perdí el corazón
de ese único ser en que siempre mi alma confió.
El amor y los sueños
no son nada más que castillos de arena
efímeros y desmoronados ante ti,
aunque eso no es lo que deseabas tú.
Tú estas ciega ante la verdad,
dudar te nubla el pensamiento.
Te inventas una realidad
sobre un amor sin fundamento,
supera tu debilidad, no esperes más,
se fuerte y toma aliento.
Un amanecer me desperté.
Y escuché las olas al romper,
en la quietud sentí que iba a renacer,
con el cálido abrazo de
esa luz del sol y su calor.
A mi hondo mar regresaré
la esperanza es mi motor.
Cuando empiecen a sonar
las campanas de la felicidad,
y por fin brillen ya los siete mares.
El milagro del amor,
volveré a contemplar,
con ese ser
al que yo amo y amaré,
y al que suavemente un beso le podré dar.