Recuérdame en alta mar,
amiga, cuando te vayas
y no vuelvas.
Cuando la tormenta, amiga,
clave un rejón en la vela.
Cuando, alerta, el capitán
ni se mueva.
Cuando la telegrafía
sin hilos ya no se extienda.
Cuando ya al palo-trinquete
se lo trague la marea.
Cuando en el fondo del mar
seas sirena.