En la esquina de la calle principal
nada más trato de controlarme,
dices que quieres seguir adelante y
que me estoy quedando atrás.
¿Me puedes leer la mente?
¿Me puedes leer la mente?
Nunca abandoné la idea
de escaparme de este pueblo de dos estrellas,
tengo el camino libre, (1)
tengo una pequeña lucha interna:
voy a dar vuelta esta situación.
¿Me puedes leer la mente?
¿Me puedes leer la mente?
Los buenos viejos tiempos, el honesto, (2)
el corazón inquieto, la Tierra Prometida,
el beso sutil que nadie ve,
la muñeca rota y el gran trapecio.
Ah bueno, no me importa si no te importa
porque no brillo si no brillas.
Antes de que te vayas, ¿me puedes leer la mente?
Es gracioso como te derrumbas
esperando alguna señal.
Me detengo en el frente de tu entrada
con una sensación mágica que me corre por la espalda.
¿Me puedes leer la mente?
¿Me puedes leer la mente?
La reina adolescente, el arma cargada,
el sueño espectacular, el Elegido,
el acento sureño, un mundo inédito,
el muro de la ciudad y el trampolín.
Ah bueno, no me importa si no te importa
porque no brillo si no brillas.
Antes de que saltes
dime que encuentras cuando me lees la mente.
Mi fe va y viene hasta que caigo,
nunca me volviste a llamar.
Mujer, abre la puerta, no dejes que arda,
quiero volver a respirar ese fuego.
Dijo que no le importa si a mí no me importa
porque no brillo si no brillas.
Date la vuelta. (3)
Date la vuelta.
Date la vuelta.
Las estrellas centellean cual diamantes rebeldes cortados del sol cuando me lees la mente.