Son tantas promesas que reaparecen
como cometas en sueños,
relojes de arena van marcando el tiempo
para volvernos a encontrar.
Tanta esencia que se pierde
por el triste miedo de estos pobres corazones,
esas primaveras que trajo el destino
con un bonito final.
Ratita presumida,
con su lacito rojo para ver si la mira,
la mira de reojo, pero a escondidas,
moneda al aire niño, ¿qué será?
Y el niño pegatina,
mirada en el armario de las chucherías,
yo quiero que tú cantes conmigo María,
cantaba la canción de D'artacan.
Son tantas promesas que reaparecen
como cometas en sueños,
relojes de arena van marcando el tiempo
para volvernos a encontrar.
Tanta esencia que se pierde
por el triste miedo de estos pobres corazones,
esas primaveras que trajo el destino
con un bonito final.