Apuntaba con pistola pero llevaba una rosa,
En la mano, detrás de la espalda,
Afrontaba to' diciendo "qué más da",
Con los dedos cruzados y en guardia,
Con más recuerdos que proyectos de futuro,
Empezó a escribir las cosillas pendientes,
No ponía la mano en la baldosa,
Porque la huella la dejaba en la gente,
Se guarda los problemas para casa,
No es de confiar en nadie pero aprieta cuando abraza,
Mil doscientas conversaciones pendientes,
Y una máscara gigante oculta todo lo que le pasa,
Se acuerda de los suyos, es alguien mental,
No ha conocido otra forma de rezar,
Les habla cada vez que se quiere matar,
Incluso le llegaba a funcionar,
Y una lágrima en la arena cayó el día que se fueron,
Era el de la buena cara para los demás,
Ahora se encuentra con ellos en los sueños,
Les abraza y están fríos, despierta en el suelo.
Después sale a la calle como si na',
No lo evade como los demás,
Nunca ha si'o como los demás,
Esperando ver amanecer,
Después sale a la calle como si na',
No lo evade como los demás,
Nunca ha si'o como los demás,
Esperando ver amanecer.
Después sale a la calle como si na'.
No quieras medir mi rumbo,
Mi destino es el que manda mil estrellas,
No quieras herirme siempre,
Los cuchillos no se clavan en mi arena,
Y sé que solo el tiempo entiende loquera,
Que el dolor en mi fragua, ¡Quema!
De momento quema, ¡Oh!