Mi infancia
retoza por el empedrado,
va y viene a la cantina
y se esconde en las rejas.
Luego enfila el sendero
a coger negras moras,
bebe en la fuente
y por las callejas corre.
Pero me tuve que ir
a otro sitio más grande,
Hoy vivo allí
y ya no soy aquél.
Mis momentos felices
se quedan en una esquina
cantando paghjellas1
con los amigos por la tarde.
Se van en las pavesas
y a los paseos
y están sobre las tejas,
en un río de verano.
Pero me tuve que ir
a otro sitio más grande,
Hoy vivo allí
y ya no soy aquél.
Mis sueños agradables
por la noche cerrada
están bajo las ventanas
de una joven amada.
Y la quieren
y se consideran tanto
que de no ser ya igual
tengo el corazón roto.
Un día volveré
a mi pueblo precioso
y entonces sí seré,
seré de nuevo aquél.
1. La paghjella es un canto polifónico a tres voces típico de Córcega