Dejé pasar unas horas
por si se huía tu sueño.
Durmiendo la veladora
tu tiempo se entró en mi tiempo
y, en fin, la guitarra sola
gira contigo en el centro.
Creo que la luna ya es muy alta
y en la caricia falta
un viaje a la humedad.
Creo que de noche me despierto
con frío, al descubierto,
tanteando oscuridad.
Creo que la lluvia está cayendo
y no voy sonriendo
dejándome mojar.
Creo que me va a quitar el sueño
un dedo aquí, un labio allá,
que te perdí, que ya no estás,
que ya viví, que te vas.
Dejé pasar unas horas,
pupila veladora,
por si me daba igual.
Tu tiempo se metió en mi tiempo,
momentos y momentos
que no quieren pasar.
Y he aquí que la guitarra
vuelve a soltar amarras,
canta y gime al volar.