¡Gitanillo, gitanillo, ven a hacer sonar las palmas!
Quiero que se unan mis claves con tu guitarra.
Gitanillo, gitanillo, tráeme de tu Andalucía
el cantar moreno y bravo que se desgarra.
Algo maravilloso comenzó
cuando tu salero se hizo conmigo.
Se mezclaron Sevilla y Cádiz con ríos de caña
y mi música se tiñó con tu mejor vino.
¡Gitanillo, gitanillo, ven a hacer sonar las palmas!
Quiero que se unan mis claves con tu guitarra.
Gitanillo, gitanillo, tráeme de tu Andalucía
el cantar moreno y bravo que se desgarra.
Suena, suena mi piano
pareciéndose a la guitarra que llevas dentro,
la flamenca, la que proviene del sol caliente,
andaluza que se desgrana sobre tus manos.
¡Gitanillo, gitanillo, ven a hacer sonar las palmas!
Quiero que se unan mis claves con tu guitarra.
Gitanillo, gitanillo, tráeme de tu Andalucía
el cantar moreno y bravo que se desgarra.
¡Que suenen!
¡Suenen, suenen las palmas,
que suenen, que suenen!
¡Que suene el timbal, el timbalero,
que suenen las palmas, caballero!
Este ritmo que canto
que me acunó en mi tierra antillana
hoy se mezcla de oliva y ron
y el sabor lo pongo con mi voz cubana, cubana.
¡Suenen, suenen las palmas,
que suenen, que suenen!
¡Que suene el timbal, el timbalero,
que suenen las palmas, caballero!
¡Pero que vengan, vengan, vengan,
vengan las palmas, vengan las claves!
¡Quiero que este ritmo tan sabroso,
ay, nunca, nunca, nunca se acabe!
¡Ole con ole y arroz con frijoles!
¡Azúcar de remolacha!
¡Suenen, suenen las palmas,
que suenen, que suenen!
¡Que suene el timbal, el timbalero,
que suenen las palmas, caballero!
¡Péguenle duro, péguenle al cuero!
¡Venga, rumbero, dame sabor
para que esta rumba nunca se pare
porque la gozo mucho mejor!
¡Suenen, suenen las palmas,
que suenen, que suenen!
¡Que suene el timbal, el timbalero,
que suenen las palmas, caballero!
¡Suena, timbal!
¡Que se rompa el cuero!
Me gusta esta mezcla tan sabrosa
de música sevillana y cubana.
Tócame las palmas de los palmeros.
¡Que suenen los timbales del timbalero!
Si yo pudiera, yo me llevara
a la Giralda para La Habana.
Tócame las palmas de los palmeros.
¡Que suenen los timbales del timbalero!
¡Oye, qué rica la azúcar de la caña
y qué rico el vinito del viñero!
Tócame las palmas de los palmeros.
¡Que suenen los timbales del timbalero!
En el Mediterráneo yo no nací,
pero quiero una casita cerca de allí.
Tócame las palmas de los palmeros.
¡Que suenen los timbales del timbalero!