Me puedo ver con claridad
tumbada en un gran salón,
rodeada de gente que llora y habla bien de mí
Tan elegante sin pintar
Serena y relajada, salgo del cuerpo
y doy una vuelta por ahí
Entre flores, cintas de colores
y olor a incienso oigo un Padre Nuestro
Por lo bajini oigo decir lo normal
en estos casos:
«Qué buena chica era, aunque
sí que era un poco rara»
Podré por fin descansar
de tanto mal de amores, de tantos
sinsabores, tantos dolores...
Irme a vivir bajo un gran mármol gris
y en mi epitafio leer
un ripio escrito por ti...
¿Qué harás tú cuando mueras, qué harás tú?
¿Darás vueltas por el cielo
o arderás en los infiernos?
Dime, ¿Qué harás tú cuando mueras,
qué harás tú?
¿Colgarán de ti cadenas
o se te quitarán las penas?
¿Qué harás tú?
Y mientras tanto al llegar
el primero de noviembre,
puedes venir a verme y traerme
unas flores secas,
llorarme un poco y rezar
algo tipo un rosario que pueda
asegurarme un sitio en el cielo...
Después de todo no estoy tan mal aquí,
conozco a mucha gente y no temo morir...
¿Qué harás tú cuando mueras, qué harás tú?
¿Serás un alma sin cuerpo
o sólo un montón de huesos?
Dime, ¿Qué harás tú cuando mueras,
qué harás tú?
¿Estarás criando malvas
o te reencarnarás en lama?
¿Qué harás tú?