Tú dime cuándo, cuándo.
¿Dónde están tus ojos y tu boca?
Quizá en África, qué importa.
Tú dime cuándo, cuándo.
¿Dónde están tus manos y tu nariz?
Alrededor de un día desesperado,
pero tengo sed.
Tengo sed de nuevo.
Tú dime cuándo, cuándo.
No me mires ahora amor,
estoy cansado
porque pienso en el futuro.
Tú dime cuándo, cuándo.
Somos ángeles
que buscan una sonrisa.
No escondas tu rostro
porque tengo sed, tengo sed de nuevo.
Y viviré, sí, viviré
todo el día para verte marchar
entre recuerdos y esta extraña locura,
y el paraíso que no existe.
Quien quiere un hijo no insiste.
Tú dime cuándo, cuándo.
Tengo necesidad de ti al menos una hora
para decirte que todavía te odio.
Tú dime cuándo, cuándo.
Sabes que no te tendré y sobre tu rostro
está por nacer una sonrisa,
y tengo sed, tengo sed de nuevo.
Y viviré, sí, viviré
todo el día para verte marchar
entre recuerdos y esta extraña locura,
y el paraíso que no existe.
Quien quiere un hijo no insiste.
Y tengo sed, tengo sed de nuevo.
De nuevo.
Tú dime cuándo, cuándo.