Pues concebida
fuiste sin mancha
Ave María,
llena de gracia.
¡Oh Virgen Madre!
nuestra abogada
refugio dulce
de quien te llama.
Aurora hermosa,
luna sin mancha,
sol refulgente,
estrella magna.
A Tí suspiran
todas las almas
arrepentidas
oye sus ansias.
Sóis nube hermosa
llena y cargada
de aguas que salen
del mar de gracia.
Cuando este valle
perdido estaba
vino el remedio
de tus entrañas.
Olivo verde,
paloma blanca
iris que anuncia
paz a las almas.
Para alabarte
siempre en tu gloria,
donde esperamos
cantar victoria.
Has que tu Hijo
nos dé su gracia
y en ella siempre
perseverancia.