Los barcos que salen,
quitan el verano cálido de nuestra isla,
quitan las últimas esperanzas, no estás aquí,
y las lluvias están viniendo.
La ventana hacia el anochecer,
en mis pensamientos estáis tú, sonatas y Chopin,
y los vientes del sur llenos de la melancolía hablan
de un amor que está muriendo.
Mientras lloran las copas de los pinos viejos,
te llamo gritando, estoy perdiendo mi voz,
Al otro lado de nuestra ventana
nace un nuevo amanecer,
pero nosotros no existimos.