La noche como un lienzo
se derrumba, suspendida,
y escucho rugidos
dentro de mí
y peleo,
peleo
contra las sombras,
que nos perforan,
de parte en parte.
El oleaje del mar,
es una armadura,
que nos protege,
cuando el día se ahoga.
Tantas armas,
tantas cuchillas gélidas,
para enfrentar a las fieras,
que nos retumban.