Escucha, antes de que salgas,
que azotes esa puerta y te vayas.
Y está bien, pero cuántos alborotos armas.
Esta mirada ya me la conozco.
Y después yo no sé
quién tiene la razón o bien no.
Pero que hay problemas
cuando te vas, eso lo sé.
Y también sé que
a ti y a mí nos basta un día.
Luego regresas tú o vengo yo,
pero no es un adiós.
¿Cuánto no sabes?
¿Cuánto no sabes de un mundo interior que no tienes?
¿Cuánto no sabes de mí?
Cuánto quisiera.
Cuanto quisiera ese sentimiento que a mí
nunca me has probado.
Y ahora, ¿qué pretendes
si tomas tu maleta y te vas?
Que me rindo si tú te ofendes, lo sabes,
que con orgullo nunca se puede amar.
Y después yo no sé
quién tiene la razón o bien no.
Pero que hay problemas
cuando te vas, eso lo sé.
Y también sé que
a ti y a mí nos basta un día.
Luego regresas tú o vengo yo,
pero no es un adiós.
Así que sentirme mal, no.
Colgar el alma de un teléfono,
no es lo mío.
En suma, vamos... quédate.
¿Cuánto no sabes?
¿Cuánto no sabes de un mundo interior que no tienes?
¿Cuánto no sabes de mí?
Cuánto quisiera.
Cuanto quisiera ese sentimiento que a mí
nunca me has probado.
Nunca.
¿Cuánto no sabes de mí?
Cuánto quisiera.
Cuanto quisiera ese sentimiento que a mí
nunca me has probado.
Escucha, antes de que salgas.
Vuelve a pensar en quiénes éramos nosotros.