El dulce cantar que susurra el monte
Inunda mi ser de alegre latir.
Huyó mi pesar y, al son de un murmullo,
Mi alma llenar de ilusión sentí.
Vibrando al abrirse sus notas,
Se acerca el ruiseñor al jazmín.
Vibrando al cantar de campanas
Que suenan dentro de mí.
¡Qué bien si yo fuera la fuente
Para saltar y correr!
De noche cantar,
Y volar como alondra saber.
Hay dentro de mí un corazón solo
Que siente al latir ansiedad de amor,
Que anhela subir otra vez al monte
Para oír su voz.