Deja que en flor esté
Señor, su camino
cuando a Tì su alma
y al mundo su piel
tenga que devolver,
llegando allì a Tu cielo
donde hasta a pleno dìa
relucen las estrellas.
Cuando él cruce
el último viejo puente
a los suicidas dirà
besàndolos en la frente:
“Venìd al Paraíso,
adonde yo también voy
porque no tiene infierno
el mundo del buen Dios".
Haced que llegue a vosotros
con sus huesos cansados
seguido por millares
de esos rostros blancos
que regrese a vosotros
entre los muertos por agravio
los que al cielo y a la tierra
mostraron su coraje.
Señores conformìstas*,
espero que no les afecte
si en el cielo, con sus Santos
Diòs, entre sus brazos
ahogarà el sollozo
de aquellos labios pálidos
que a la ignorancia y al odio
prefiriéron la muerte.
Diòs de misericordia,
tu hermoso paraíso
lo hiciste sobre todo
para quien no ha sonreido,
para quien siempre ha vivido
con su conciencia limpia
sólo existe el infierno
para quien le tiene miedo.
Nadie mejor que él
nunca podrà indicarte
las faltas de todos nosotros,
los que puedes y quieres salvar.
Escucha su voz
que canta ahora en el viento:
Diòs de misericordia,
te quedaràs contento;
Diòs de misericordia
te quedaràs contento.