La vida que compartimos juntos
ya no es vida.
Es hora de alabar a los recuerdos
y ponerlos
donde puedan crecer.
Así que vives en las estrellas ahora,
vives en los prados.
Te esparciré con mi corazón
sobre los fértiles campos.
El amor que nos dimos
fue el amor que quisimos hacer.
Esos años se convirtieron en nuestra vida,
una vida de fe que se rompería.
Ahora vives en los océanos,
en los árboles y en el aire.
Es una valiosa carga
la cruz que hemos llegado a soportar.
Esta carga es una carga valiosa,
tan valiosa como tú.
Llevada dentro de mi mundo,
el mundo que hay después de ti.