Hay una gran mesa en el gran salón
Hay muchos invitados a está mesa
El anfitión hizo un llamado
Tocando su copa con una cuchara.
¡Silencio todos!, quiero hacer un brindis,
Si se me permite, en honor
De la madre patria que guía nuestras vidas.
¡Tienes razón hermano!
Bebamos por ello,
Y a aquél que no beba con nosotros
Le darémos un palazo con dos palos,
De izquierda a derecha
¡Bebe, compadre!
Porque todos sabemos que despúes de cada tormenta
Vendrá la calma.
Había arenque servido en la mesa
El señor Zbych lo vió
Y se imaginó por un segundo
Que nadaba feliz en alchohol como un pez en el agua,
Se levantó e hizo otro brindis
En honor de la sagrada familia
Agrégando de igual modo a todas las suegras,
¡La familia es nuestra fuerza!
¡Tienes razón hermano!
Bebamos por ello,
Y a aquél que no beba con nosotros
Le darémos un palazo con dos palos,
De izquierda a derecha
¡Bebe, compadre!
Porque todos sabemos que despúes de cada tormenta
Vendrá la calma.
Los jovénes de hoy no son como los de antes
Así el señor Stach se quejaba,
Pero lo golpeaba fuertemente
Que escupió la sopa de betabel sobre una señorita,
No hay nada de que preocuparse
Sólo cambiése su vestido
Y daremos un nuevo brindis por los buenos modales.
¡Tienes razón hermano!
Bebamos por ello,
Y a aquél que no beba con nosotros
Le darémos un palazo con dos palos,
De izquierda a derecha
¡Bebe, compadre!
Porque todos sabemos que despúes de cada tormenta
Vendrá la calma.
Ahora, el señor Kazio giró
Y se quitó su corbata
Porque le hacía verse viejo
Aunque ya estaba completamente ebrio,
Se levantó elegantemente sin ayuda de nadie
Tartamudeando, el propuso
Un brindis por
Los senos de la Señora Mania.
¡Tienes razón hermano!
Bebamos por ello,
Y a aquél que no beba con nosotros
Le darémos un palazo con dos palos,
De izquierda a derecha
¡Bebe, compadre!
Porque todos sabemos que despúes de cada tormenta
Vendrá la calma.