Tú no supiste retener
su corazón ni el agua de tus ojos.
No sabemos qué decir
cuando hace falta decir adiós.
Y todas esas palabras que te llegan,
pequeños pedazos de pedazos de lana,
se convierten en sollozos
y fluyen como el agua.
¿De qué nos sirve amar?
¿De qué sirve ofrecer
si es para sufrir tanto
cuando eso no es suficiente?
¿Por qué tantas lágrimas?
Oh sí, tantas lágrimas
y tu corazón tan pesado
con tan poco amor.
Olvida el encanto,
oh, bella oriflama,
los juramentos de un día
y el vacío alrededor.
Tú no sabías, no te culpes.
Quienes le creen no saben.
A veces hay zarzas
que el deseo no ve.
Chocamos entre sí, discutimos.
Olvidamos a veces incluso
el cómo, el porqué
del amor, de sus leyes.
¿Por qué tantas lágrimas?
Oh sí, tantas lágrimas
y tu corazón tan pesado
con tan poco amor.
¿Por qué tantas lágrimas?
Oh sí, tantas lágrimas
y tu corazón tan pesado
con tan poco amor.
¿Por qué tantas lágrimas?
Oh sí, tantas lágrimas
y tu corazón tan pesado
con tan poco amor.
Olvida el encanto,
oh, bella oriflama,
los juramentos de un día
y el vacío alrededor.