Cada vez que recuerdo tu suave voz,
hechicero de mi razón,
sólo pienso en volver.
Me marché con el eco de una oración
y en la frente un mundo mejor
que aún me cuesta creer.
Y sabe Dios que cada día te extraño.
Qué importa realmente si aún lo hago.
Lo único que sé es que por fin hoy soy feliz.
Por ti... llegué a olvidar la mejor parte que hay
en mí... perdí cada latido y casi muero de dolor.
Tóxicos, tan envueltos por el placer
y yo tan ciega sin poder ver
tus mentiras y tu arte.
Siempre dos, inseparables hasta la muerte
y en el fondo me hacías sentir
tan sola y tan ausente.
Y sabe Dios que cada día te extraño.
Qué importa realmente si aún lo hago.
Lo único que sé es que por fin hoy soy feliz.
Por ti... llegué a olvidar la mejor parte que hay
en mí... perdí cada latido y casi muero de dolor.
Ésta es la historia de vuelta que nunca fue.
Y ahora te cuento el cuento al revés.
¡Vete lejos, no me importas!
¡Quédate con toda tu mierda
y olvídame y déjame en paz!
¡Sólo olvídame! ¡Olvídame!
¡Sólo olvídame!
Por ti... llegué a olvidar la mejor parte que hay
en mí... perdí cada latido y casi muero de dolor.
Por ti... llegué a olvidar la mejor parte que hay
en mí... perdí cada latido y casi muero de dolor.