Yo cada mañana escucho el amanecer
y por la tarde el atardecer
y todo el ruido que hace.
Y después por cada día que pasa
hago una firma en un muro
de esta ciudad.
Por qué no es el tiempo que me falta
y ni siquiera la edad.
Yo cada mañana cuando me voy
dejo abierta mi puerta
por si alguien viene
Y después pongo polvo de gis
en el piso de casa
Para los pasos que darán
Porque cuando hay una puerta abierta
De seguro, tarde o temprano se sabe.
Yo cada noche cuando regreso
dejo huellas blancas
en el polvo que sabe
Que aquí no viene nunca nadie
Y ni siquiera por hoy
no hay novedad
Y después cierro mi puerta
Por la noche y por el frío que hace.
Yo cada mañana escucho el amanecer
Y en la tarde el atardecer
y todo el ruido que hace
Y después por cada día que pasa
Rasguño un pedazo de muro
De esta ciudad
Por qué no es el tiempo que me falta
y ni siquiera la edad.