Es (ir) paso a paso sin decir nada
como una casa pierde su color,
como una nube que se desgarra.
Un hilo que se quiebra entre dos corazones.
Es (decir) una excusa al teléfono.
Una piedra atorada en el parabrisas.
E incluso si no es para nadie,
es un adiós que se disfraza.
El hábito de ya no complacerte.
La angustia de reencontrar nuestras noches.
Unos jeans usados como el infierno.
Una barba a manera de desprecio.
Y si un día nos abandonamos,
te ruego que nos dejemos ir.
Imitar a los demás es monótono.
Y es así... que perdimos la comprensión.
Y es así... que nació mi indiferencia,
muy cerca de ti, desde hace mucho.
El cuidado de vaciar su teléfono móvil
para evitar la verdad
y volverse insoportable
para asegurarse de estar en paz.
La puerta que se azota como un insulto.
Una falda que cruje como una bomba.
Creer que el amor no es más una pelea
y que la vida sirve de tumba.
Enmascarar sin piedad su rostro
para no decir que nos tropezamos.
Que nos enfermamos en una jaula
donde el amor nos masacró.
Y si un día nos envenenamos,
te ruego que nos dejemos ir.
Imitar a los demás es monótono.
Y es así... que perdimos la comprensión.
Y es así... que nació mi indiferencia.
Es (ir) paso a paso sin dolor.
El crimen de reencontrar nuestras noches.
Una puerta que se azota entre dos corazones.
Un adiós a modo a de desprecio.
Y si un día nos perdonamos
porque estar solos es inútil.
Imitar a los demás es monótono.
Y es así... que perdimos la comprensión.
Y es así... que nació mi indiferencia.
Y es así... que perdimos la comprensión.
Y es así... que perdimos la comprensión.