Esta calle es mi casa que no tengo.
El techo es un gran cielo espléndido.
Si pudiera, volaría hacia un ángel
para jugar junto a él sobre la luna.
Esta calle de chozas sacudidas aquí
donde habita nuestra pobreza
es la escuela de niños como yo
que tienen por maestros al hambre y a las lágrimas.
Vivir parece imposible aquí
como encender en el mar una fogata.
Es un mundo sin reglas.
Es una mala película que un día olvidaré.
Esta calle de tristeza y polvo
sin mamás de caricias y fábulas,
pero es desde aquí que veo al dios de la ciudad,
y es él quien me dará la libertad.
Vivir es un juego a perder aquí.
Es escapar de la prisión de los "no".
Es repirar pegamento para ser
ladrones de momentos, es creer
que conseguimos vivir.
Dentro de mí, buscaré esa fe que no tengo.
Del amor también yo renaceré.
Vivir, cómo es difícil aquí
cuando gritas al cielo "Señor, ten piedad".
Pero si no se puede ganar un milagro,
sé que yo no me rendiré
ante querer ser libre.
Vivir quizá sea posible aquí.
Ten piedad de nostros, ten piedad.
Señor, mi camino yo encontraré.
Contigo caminaré
para vivir... para vivir.