Muere lentamente quien camina entre la gente con la cabeza gacha.
Ya no la ve.
Muere lentamente quien rechaza el escuchar nuevas ideas
que no sean suyas.
Muere quien no tiene pasión,
quien por hábito toma el mismo camino.
Quien se detiene con la primera brizna,
quien se deja excluir
por la nostalgia.
Búscame entre los hombres,
esos que nos creen.
Puedo perder pero nunca acabará.
Búscame, me quedaré a tu lado.
Muere quien nunca arriesga,
quien por no tener problemas piensa en sus asuntos.
Muere lentamente quien tiene miedo de los sentimiento y para eludirlos
no se enamora más.
Quien está de frente a un océano
y no consigue creer en la eternidad.
Quien en medio de las dudas no sabe escoger.
Quien ya no sabe vivir con curiosidad.
Por eso búscame entre los hombres,
esos que nos creen.
Puedo perder pero nunca acabará.
Por eso búscame en los latidos.
Tú búscame y me encontrarás
en los colores aún inciertos de un mañana
o donde me quieras.
Por eso búscame entre los hombres,
esos que se fían.
Si quieres búscame, me reconocerás
en las manos que acarician,
las miradas que se encuentran,
en las ganas de gritar que aquí estamos
para no morir jamás.
Para no morir jamás.