Hay tiempos que se van caminando de ti
Como una tarde pasajera
El verano calentó la ventana abierta de su luna de miel
Y ella eligió un patio para quemar
Pero la tierra la recuerda
Cucharas de madera, sus hijos revuelven, su buganvilla florece
Hay cosas que se van flotando
Como nuestros días infinitos contados
El otono sopló el edredón de su cama perfecta que ha hecho
Y eligió creer
En los himnos que canta su madre
El domingo arrastra a sus hijos de sus montones de hojas caídas
Hay velas que pasan
Al lado de nuestros cuerpos en el pasto
La primavera llama a sus hijos hasta que los suelta finalmente
Y ella eligió donde quiere estar
Aunque haya perdido su anillo de boda
En algun lado cerca del tarro de semillas de buganvilla que perdió
Hay cosas que no podemos recordar
Ciegos como la noche que nos encuentra a todos
El invierno lleva a sus hijos a la cama, sus frágiles munecas de porcelana
Pero mis manos recuerdan las suyas
Rodando por helechos en la sombra
Brazos desnudos, sus secretos todavía como canciones que nunca aprendí
Hay nombres al otro lado del mar
Solamente ahora creo
Que ella a veces, con la ventana cerrada, se sienta y piensa en mí
Pero coserá la ropa desgarrada de él
Y se besarán como si supieran
Que un bebé duerme en todos nuestros huesos, con tanto miedo a estar solo