Y será si así ha de ser.
Vuelvo a no pensar
y olvidarte no se puede hacer.
Aprender, estar, dormir
son de esas palabras
que me cuestan mucho hacer sin ti.
Donde estoy
no cabe más que un necio.
Desesperadamente estoy.
Pídeme amor
y pídemelo fuerte.
Pídelo.
Paro el horizonte.
Alzo la cabeza.
Lanzo la mirada.
Busco referencia.
Tomo no más aire
del que necesito.
Tardo en devolverlo
todo en un suspiro.
Abro la mirada.
Guardo el horizonte.
Cierro mi cabeza.
Y será igual no más
diferente en sí
y de mutuo acuerdo imaginar.
Ah, olvidé decirte que
vivo que no es
pero vivo justo frente al mar.
Donde estoy,
amor, es como un sueño.
Amor, es como hacerse Dios.
Donde vivo
alcanzo siempre a verte.
Créeme.
Que paro el horizonte.
Paro lo que sea
sólo si me oculta
tan sólo una promesa.
Puedo con distancia.
Puedo con el tiempo.
Tiempo de emociones,
muros y leyendas.
Y aunque en tu mirada
no haya un horizonte,
tuyo para siempre.