Cien mil voltios de potencia
esperan para quemar
mis instintos de violencia
en la silla de metal.
Olor a carne quemada
ya me aplicán la tensión.
Y no quise llegar a aquello,
sólo hacerlos disfrutar.
De repente me di cuenta
de lo fácil que es matar.
Olor a carne quemada
ya me aplicán la tensión.
De los bornes saltan chispas.
Se me para el corazón.
La bestia negra ya cura,
los enanos chillarán,
y algunos maniacos braman
ante mi ultima actuación.