(¡Olé y olé!
¡Olé y olá!
¡Qué rica es!
¡Qué guapa va!)
Unos ojos muy negros
yo me he encontrado...
¡Olé, catapum! ¡Pum! ¡Pum!
¡Olé, catapum! ¡Pum! ¡Pum!
Yo me he encontrado...
Y al verles su negrura,
me he desmayado...
¡Me he desmayado!
¡Olé, catapum! ¡Pum! ¡Pum!
¡Olé, catapum! ¡Pum! ¡Pum!
Traedme sales y agua de mayo...
Y agua de mayo,
¡para que vuelva pronto
de mi desmayo!.
¡Que me han herido!
¡Ay! Que me han herido,
unas pestañas negras
como el olvido.
¡Y me han matado!
Y me han matado
los ojos de aquel hombre
que me he encontrado.
(¡Olé y olé!
¡Olé y olá!
¡Qué linda es!
¡Qué guapa va!)
Pasando por el Arco de Cuchilleros...
¡Olé, catapum! ¡Pum! ¡Pum!
¡Olé, catapum! ¡Pum! ¡Pum!
De Cuchilleros...
Me han besado los ojos
de mi torero...
¡De mi torero!
¡Olé, catapum! ¡Pum! ¡Pum!
¡Olé, catapum! ¡Pum! ¡Pum!
Tras de besarme, luego he notado...
Luego he notado
que, de sus ojos negros,
me he enamorado.
¡Caray, señores!
¡Qué maravilla
que los toreros guapos
gasten patillas!
Oara que luego,
tras del embozo,
confunda yo sus ojos
con los de un mozo.