En el aire, en el fuego, en el vendaval,
en la lluvia que cae sobre la ciudad.
En el gesto cansado del desaliento,
en el puño cerrado rasgando el viento.
En el agua salobre, sangre del mar,
o en la dulce frescura del manantial.
En el ómnibus lleno de rostros serios,
en la risa campana de los recreos.
Allí donde te gritan que no podrás
los cerrojos del miedo y la crueldad.
Allí donde te imponen guardar silencio,
silencian tu boca con sufrimiento.
Sobre el féretro sucio de la injusticia,
la breve ternura de una caricia.
En el pan prometido de los trigales,
en el beso sediento de los amantes.
Ocho letras cual ocho palomas blancas,
ocho letras volando casa por casa.
Ocho letras cual ocho palomas blancas,
ocho letras volando casa por casa.
Hoy la historia se queda y los hombres pasan,
es la historia del hombre casa por casa...
Ocho letras de guerra, ocho letras de paz,
ocho letras tan solo: libertad.