Oh, mi querido papá,
me gusta, es hermoso, hermoso.
Tengo que ir a Porta Rossa
¡a comprar el anillo!
Sí, sí, ¡quiero ir!
Y si le amase en vano,
iría al Puente Vecchio,
¡pero para tirarme al Arno!
¡Me preocupo y me atormento!
¡Oh, Dios, querría morir!
¡Papá, piedad, piedad!
¡Papá, piedad, piedad!