Mira este mar, ¡qué preciosidad!
Me parece hecho para encantar
y a mí me pone triste, pero ¿por qué?
Este anhelo de llorar, ¿qué es?
Claro, quien es marinero como yo
vive para el mar y no puede amar,
pero yo vivo de amor y te quiero
y no me siento como para ir a pescar.
Mar, si puedes, dime: ¿Es que piensa en mí?
¿He de quererla más
o he de olvidarla?
Dime si viene o si se va.
Veinticuatro horas, ya no volverá;
me dice el corazón: ¿Para qué esperas?
Ella no viene para que entiendas
que este amor se ha de acabar.
Mar azul, el resto tienes que hacerlo tú
para sacarme de esta esclavitud;
cuando fantasee, vuélveme a despertar
porque yo no quiero emerger jamás.
Mar, si puedes, dime: ¿Es que llora por mí?
¿o acaso ni le importa de venir a enterarse
de lo que le va a pasar a su amor?
Mar, si puedes, díselo tú donde estoy.
Me viste llorar y sufrir,
me verás morir.