La noche cayó sobre nosotros.
Los valientes se quedaron a solas
y la vida era ruidosa y estaba llena de gente,
pero algunas personas nunca hablaban
del desenterrar los traumas,
del hacer crecer nuestras esperanzas.
La convertiré en una canción de radio.
Olvidaremos esos ojos rojos y esas coartadas tontas.
Diremos que la vida es una canción y que es una que puedes silbar y
bailar.
Bailar.
Bailar.
Bailar.
La convertiré en una canción de radio
para olvidar esos ojos rojos y esas coartadas tontas
que la vida es una canción y que es una que puedes silbar y
bailar.
Bailar.
Bailar.
Bailar.
Sí,
bailar,
sí.
La noche cayó sobre nosotros.
Nos encontramos a solas
escondiendo los traumas,
las razones que pedíamos.
La convertiré en una canción de radio.
Olvidaremos esos ojos rojos y esas coartadas tontas.
Diremos que la vida es una canción y que es una que puedes silbar y
bailar.
Bailar.
Bailar.
Bailar.
La convertiré en una canción de radio
para olvidar esos ojos rojos y esas coartadas tontas
que la vida es una canción y que es una que puedes silbar y
bailar.
Bailar.
Bailar.
Bailar.
Oh, ¿a dónde se fueron todos esos buenos tiempos?
Deberías haber dado más,
haber dado más,
más.
La convertiré en una canción de radio
para olvidar esos ojos rojos y esas coartadas tontas
que la vida es una canción y que es una que podrías silbar y
bailar.
Bailar.
Bailar.
Bailar.
La convertiré en una canción de radio
para olvidar esos ojos rojos y esas coartadas tontas
que la vida es una canción
pero que es una que puedes silbar y
bailar.
Bailar.
Bailar.
Bailar.
Sí.
Sí.
Puedes bailarla.
Sí.