Esta cumbia nació al arrullo del mar,
una noche de luna con tu dulce mira.
Tu sonrisa le dio un sabor celestial,
y el latir de tu pecho su vibrante compás.
No te vayas, corazón,
no me niegues tu reír.
No te vayas, corazón
que sin ti voy a morir.
No te vayas, corazón,
no me niegues tu reír.
No te vayas, corazón
que sin ti voy a morir.
Fue preludio de amor, un poema sensual,
una dulce quimera que invitaba a soñar.
Todo aquello pasó, tal vez no volverá,
pero el último beso no lo puedo olvidar.
No te vayas, corazón,
no me niegues tu reír.
No te vayas, corazón
que sin ti voy a morir.
No te vayas, corazón,
no me niegues tu reír.
No te vayas, corazón
que sin ti voy a morir.
No te vayas, corazón,
no me niegues tu reír.
No te vayas, corazón
que sin ti voy a morir.
No te vayas, corazón,
no me niegues tu reír.
No te vayas, corazón
que sin ti voy a morir.